Las primeras actuaciones investigativas en torno al asesinato de Guillermo Enrique Vargas Sossa, ocurrido la mañana del 21 de diciembre en la calle Junín, frente a la discoteca “Malala”, a orillas del río Acre, en la frontera con la República Federativa del Brasil, apuntan a que la víctima podría haber tenido presuntos vínculos con una organización criminal brasileña, entre ellas el Comando Vermelho.
En el ataque armado que le quitó la vida al joven de 26 años, resultaron heridos Diego Adrián Uría Segovia y José Sebastián Justiniano Saavedra, quienes fueron identificados como víctimas circunstanciales del hecho.
Según testimonios preliminares, el autor del crimen fue descrito como un hombre de contextura delgada, que vestía gorra, quien se acercó directamente a la víctima y realizó varios disparos, para luego darse a la fuga.
Imágenes captadas por cámaras de seguridad muestran que el sospechoso escapó por la calle Jatatal, material audiovisual que ya se encuentra en poder de los investigadores. De acuerdo al informe médico, una de las personas heridas recibió un impacto en el brazo derecho, mientras que la otra presenta una lesión en el cuello, por lo que debía ser sometida a una intervención quirúrgica para la extracción del proyectil. El tercer herido sufrió una lesión en el muslo izquierdo.
El comandante departamental de Pando, coronel Erland Monasterio Banegas, informó que la FELCC asumió la investigación, tomando declaraciones a testigos y a personas del entorno familiar de la víctima. Asimismo, señaló que las imágenes del presunto autor del crimen serán contrastadas con autoridades policiales de Brasil, en el marco de la cooperación binacional.















