El Mundial Sub 19 de baloncesto vivió uno de los episodios más insólitos de su historia en el partido entre las selecciones de Camerún y Australia. El joven pívot del elenco africano Amadou Seini anotó una canasta en su propio aro a falta de menos de un minuto para el final, lo que desencadenó una remontada australiana y la posterior derrota de su equipo tras dos prórrogas.
El encuentro, correspondiente al Mundial U19 que se disputa en Lausanne, Suiza, se desarrollaba con una intensidad propia de las grandes citas internacionales. Camerún dominaba el marcador con un 80 a 74 cuando restaban apenas 50 segundos para el final del tiempo reglamentario. La ventaja de seis puntos parecía suficiente para asegurar la victoria, especialmente porque el equipo africano tenía la posesión del balón. Sin embargo, la tranquilidad se transformó en asombro cuando Amadou Seini, un pívot de 2,16 metros de altura, recibió el balón tras un saque de fondo y, sin oposición alguna, se dirigió hacia su propio aro para realizar una volcada contundente.
La jugada, que dejó perplejos tanto a sus compañeros como a los rivales australianos, se produjo ante la mirada atónita de los 150 aficionados presentes en el pabellón suizo. El desconcierto fue inmediato: los jugadores de Camerún no podían creer lo que acababan de presenciar, mientras que los australianos reclamaban la validez de la canasta. “Ese es el aro equivocado. Nunca vi esto en cientos de partidos de básquet”, destacó uno de los comentaristas, quien no podía creer lo que estaba viendo.
Por su parte, tras una breve deliberación, la terna arbitral aplicó el reglamento y concedieron los dos puntos a Australia, reduciendo la diferencia a solo cuatro puntos cuando el reloj marcaba 49 segundos para el final.
El error de Seini no solo tuvo un impacto inmediato en el marcador, sino que también alteró el ánimo de ambos equipos. Los oceánicos, que hasta ese momento parecían resignados a la derrota, encontraron en ese inesperado regalo la motivación necesaria para buscar la remontada. En los segundos restantes, el combinado australiano intensificó su presión defensiva y logró igualar el marcador a 83, forzando una prórroga que cambiaría el destino del partido.
Durante la primera prórroga, la igualdad se mantuvo, con ambos equipos intercambiando canastas y errores. El marcador reflejaba un empate a 91 al término de los primeros cinco minutos adicionales. La tensión crecía en el ambiente, y la jugada de Seini seguía siendo el tema de conversación entre los asistentes y los comentaristas. En la segunda prórroga, Australia mostró mayor solidez y temple, logrando imponerse finalmente por 101 a 96. Camerún, que había tenido la victoria al alcance de la mano, se quedó sin premio tras un desenlace que pocos hubieran imaginado minutos antes.