El cuerpo de Analy Zurita, la mujer que fue atacada por su pareja con el palo de una picota y a puñaladas, no soportó más y sus órganos vitales dejaron de funcionar a la una de la madrugada del 11 de septiembre de 2025. Con su muerte, los feminicidios subieron a 9 en Cochabamba, este año.
Analy Zurita tenía 32 años y habitaba en una vivienda alquilada en Aramasi, Punata, el valle alto de Cochabamba, junto a sus cinco hijos de 17, 13, 8, 6 y 2 años. Ella se dedicaba a preparar huevos pasados con papa y fideo para venderlos en las calles.
El 16 de julio de 2025, en medio de una discusión con Analy, su pareja, el albañil Eloy J.H., de 57 años, envió a los niños a comprar comida. Mientras ellos se iban, de acuerdo al informe policial, el hombre golpeó a la víctima con el mango o palo de una picota en la cabeza hasta destrozarele el cráneo y parte del rostro (ojo). Después tomó un cuchillo y la hirió en el abdomen, brazos y en el pecho, donde finalmente le clavó el arma blanca.
Cuando los hijos volvieron, en el piso había sangre, pero también agua y señales de que se había limpiado la escena. Al fondo de la vivienda había una obra en construcción. Los niños vieron que su madre estaba tendida en una carretilla, inconsciente, pero respirando aún. De acuerdo a sus declaraciones, Eloy pretendía enterrarla en un espacio de la obra en construcción.
Analy fue auxiliada mientras aún tenía un cuchillo incrustado en el pecho. Fue trasladada al hospital de Punata y de allí al hospital Viedma.
Sus lesiones fueron tan graves que Analy permaneció varias semanas en terapia intensiva del hospital Viedma, a la espera de que su cerebro desinflame. Fue sometida a una cirugía y a transfusiones de sangre.
Sin embargo, la madre no despertó más y los estudios revelaron que los golpes recibidos en la cabeza fueron tan contundentes que los médicos informaron a la familia que Analy tenía muerte cerebral y que sus órganos vitales solo seguirían funcionando por un tiempo más, pero ya no podría recuperarse.
Cincuenta y siete días después del ataque sufrido, el cuerpo de Analy no soportó más y sus órganos vitales dejaron de funcionar. Su familia está devastada y pide justicia. En relación al proceso penal, la abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres Dayana Sevilla explicó que el caso había sido tipificado como un delito de tentativa de feminicidio, pero ahora, con la larga agonía y muerte de Analy, el caso debe ser recalificado como feminicidio.
«Vamos a pedir la recalificación del delito a feminicidio contra Eloy J.H., el hombre con el que Analy compartía su vida. El daño es muy grande. Cinco hijos han quedado en la orfandad. La familia de Analy no tiene recursos y ahora debe hacerse cargo de estos niños y adolescentes por el egoísmo, los celos sin fundamento y la violencia de este hombre», lamentó Sevilla.
El Área Social de la Fundación Voces Libres se encargará de apoyar a la familia de Analy con el velorio y entierro, después de que la autopsia a los restos mortales de Analy concluya en Punata.
Fuente: Voces Libres