El presidente Luis Arce afirmó que su gobierno heredó un país “en desastre” y marcado por una profunda crisis institucional y política.
Apuntó directamente a tres responsables: el gobierno de la expresidenta Jeanine Áñez (2019-2020), la actual Asamblea Legislativa, y, de forma indirecta, al liderazgo del expresidente Evo Morales, al referirse a conflictos internos dentro del propio oficialismo.
“En noviembre de 2020 asumimos el Gobierno en medio de un escenario adverso. Había caos, confrontación y un Estado debilitado por la mala gestión del gobierno de facto”, dijo en la sesión de honor de la Asamblea Legislativa en conmemoración del Bicentenario del país. Dicho acto se celebró este miércoles en la Casa de la Libertad en Sucre.
En la misma línea, reiteró que hubo un “golpe de Estado” que interrumpió la democracia y debilitó las instituciones del país.
El mandatario se refirió también a los problemas de gobernabilidad que enfrentó en su gestión. Denunció bloqueos de caminos, marchas, y sabotajes en la Asamblea Legislativa, todos ellos –según dijo– impulsados por intereses políticos que buscan “desestabilizar” al Gobierno.
Aunque no lo nombró, hizo referencia a Evo Morales, al hablar de quienes “alguna vez caminaron junto al pueblo, pero hoy se han sumado a la confrontación”. Además, reclamó la falta de unidad en el bloque oficialista y criticó la actitud de ciertos dirigentes que, según dijo, priorizan intereses personales.
“Frente a cada ataque, respondimos con propuestas. Frente a cada intento de división, con firmeza institucional”, señaló. Acusó también a “los extremos” de fomentar un ambiente de polarización y crisis constante. “Hay quienes fabrican encuestas, distorsionan la realidad y manipulan al pueblo con mentiras”, sostuvo.