El ciudadano brasileño Jangledson de Oliveira, detenido durante un operativo policial en la ciudad de Guayaramerín (Beni), estuvo vinculado al secuestro de Yeri Willi Pedraza Rivero, hecho ocurrido el 22 de noviembre de 2018.
La captura se logró mediante una acción coordinada entre la Policía boliviana y la Policía Federal de Brasil, tras recibir información de que el extranjero se ocultaba en esa región fronteriza. Al notar la presencia de los agentes, intentó escapar trepando muros, pero fue finalmente reducido.
De Oliveira contaba con nueve órdenes de aprehensión en su país y una notificación roja de Interpol, por delitos relacionados con secuestro y narcotráfico. Pese a su historial, estos antecedentes no habrían sido detectados oportunamente por autoridades en Bolivia.
En el caso del secuestro del hijo del ganadero de San Ignacio de Velasco, la investigación estableció que Jangledson, junto a otras nueve personas, participó la madrugada del 22 de noviembre de 2018 en la captura de Pedraza Rivero, quien fue llevado mediante una trampa organizada por una mujer identificada como Alyne.
La familia de la víctima pagó 80 mil dólares tras recibir videos de presión, pero el grupo criminal no cumplió lo pactado, terminando el hecho con un desenlace fatal.
