El narcotraficante uruguayo Sebastián Marset reapareció este martes con la publicación de una carta dedicada “a cada uno de los países” que lo “persiguen”.
“Uruguay: me fui en el año 2018 y nunca más volví. No entiendo cuál es el deseo sexual que tienen conmigo. ¿Por qué no se ocupan mejor de los problemas del país y se olvidan de mí, que estoy lejos hace siete años?”, dice al inicio de la misiva que envió a Informativo Carve.
Sobre Bolivia, Marset aseguró que, como dijo “antes”, “el narcotráfico es el crecimiento del país”. “El país se sustenta de eso, así que entre fantasmas no nos vamos a pisar las sábanas. Tampoco hay una puta prueba contra mí ni mi familia; se inventaron un caso que estoy tratando de revertir con dinero, que al final de cuentas eso era lo que querían”, agregó.
A las autoridades paraguayas, el narcotraficante les envió un mensaje en tono similar, al señalar que “también viven del narcotráfico”. Además, cuestionó la extradición de su esposa, Gianina García Troche, trasladada el 21 de mayo desde España, y que ahora permanece en una cárcel de máxima seguridad en Paraguay.
“Respeten el narcotráfico, dejen de meterse con mi familia. Tienen a la madre de mis hijos presa, sin ni siquiera una TV en su celda, aislada como si fuera una delincuente peligrosa, y esa mujer no ha cometido ningún tipo de delito en toda su vida, y ustedes lo tienen claro”, apuntó Marset.
En relación a Estados Unidos, que de forma reciente lo ubicó entre los fugitivos más buscados por la DEA, Marset sentenció: “A esos malditos gringos no les tengo ni un pelo de miedo, les dejo bien claro y ya lo tienen bien claro. (También me quieren inventar un caso.) Yo jamás en mi puta vida ni siquiera he hablado de ustedes; para mí no existen”.
El narcotraficante es señalado en el país norteamericano por delitos vinculados con el lavado de activos. Al respecto, se refirió en particular al juicio en Estados Unidos al uruguayo Federico Ezequiel Santoro Vasallo, conocido como Capitán y por ser el testaferro de Marset, quien se declaró culpable por el traslado de millones de dólares provenientes del narcotráfico.
“Lo que haya hecho el sapo de Federico Santoro mediante cuentas bancarias lo hizo él; ese no era mi trabajo. Si él se convirtió en sapo ahora, que tenga los huevos para asumir que ese era su trabajo. Yo no soy cambista, yo manejo mi rubro bien manejado, y no me meto en los trabajos de otros. Nunca le pregunté ni siquiera cómo bajaba el dinero. Así que, si lo hacía de Estados Unidos, China o Chile, como dicen, a mí me chupa tres huevos. Yo no lo hice, por lo tanto no he cometido ningún delito en los Estados Unidos”, señaló.
Sobre el final de la carta, Marset aseguró que “con tiempo y dinero” solucionará “todos” sus problemas. “Y agarrarme no me van a agarrar nunca, porque inteligencia tienen cero. Ustedes necesitan de sapos para capturar, y los míos, los que están a mi lado, son leales. ¡Pueden ofrecer cien millones de dólares si quieren; eso no me da ni un poquito de miedo!”, sostuvo.
“Creen que estoy en Venezuela. Bueno, al menos aquí hay un presidente que tiene los huevos bien puestos, y todo el gobierno es un narcogobierno, pero no lo niega ni les da poder a esos gringos. Acá se paran en la línea y se mantienen firmes. No son como los hipócritas paraguayos, que les lamen los huevos a los estadounidenses, pero trafican sin parar”, agregó.
Por último, Marset insistió con la liberación de García Troche y habló de un posible acuerdo con las autoridades. “Si en algún momento quieren llegar a un acuerdo conmigo, mis abogados pueden sentarse a escuchar, pero dejen a mi familia en paz. Yo sé que nada es gratis, pero digan la cifra y terminemos con esta farsa”, concluyó.