Desde el evento Visión Bolivia 2025, realizado en Santa Cruz, el presidente electo Rodrigo Paz Pereira adelantó la posibilidad de un sistema federal que beneficie a las regiones y mayores recursos para las autonomías.
Durante la campaña electoral no abordó este tema, pues, en su criterio, se habrían generado debates innecesarios.
“Yo lo puedo decir ahora, no quería que fuera parte de debates insulsos, pero yo creo que, en años venideros, si hacemos bien las cosas, Bolivia será federal, lo cual potenciará sus regiones”, afirmó, seguido del vitoreo de los asistentes.
Para Paz Pereira, este es el objetivo de la política de 50-50 que busca implantar con su gobierno, para que la mitad de los recursos se destinen al Estado, pero la otra mitad a las autonomías, para que puedan impulsar la economía regional.
Minutos antes, el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, había presentado al gobierno electo la “agenda departamental cruceña”, cuyo punto tres y punto cuatro abordan el federalismo y un nuevo pacto fiscal.
“Es hora de actualizar el contrato económico y las regiones, con criterios del siglo XXI, en base a un censo de calidad y a un diálogo multidisciplinario, un pacto entre todos los actores sociales y productivos”, remarcó.
Además, en criterio de Camacho, un sistema federal evita el surgimiento de gobiernos que tienden a concentrar el poder.
“Los departamentos fuertes son como hermanos que unifican la familia, porque departamentos fuertes al mismo tiempo impulsan las energías económicas de las regiones, garantizan la prosperidad de los pueblos y aseguran la democracia y la libertad, pues limitan el surgimiento de gobiernos centralistas y autoritarios”, explicó.
Por ello, Paz Pereira afirmó que concuerda con el gobernador cruceño, pero también considera que debe ser el Estado el que cree las condiciones para las regiones autónomas.
“Pero como todo padre, como toda madre, como toda familia, uno genera las garantías para que tus hijos aprendan a tomar decisiones”, afirmó.
En ese sentido, insistió en que la política del 50-50 permitirá que las alcaldías y gobernaciones creen recursos humanos que sean capaces de aprovechar los recursos y potencialidades de cada región. De esa manera, crece el Estado y se favorece a las autonomías.
Fuente: La Razón













