Un hombre de 79 años fue pisoteado hasta la muerte por un elefante salvaje que había invadido su patio trasero en busca de comida. El caso ocurrió en la ciudad de Na Di (Tailandia) en la noche del 25 de septiembre. Noi Songkroh estaba revisando su huerto con una linterna cuando notó que el enorme animal se alimentaba de un árbol de plátano que estaba cultivando.
El sol ya se había puesto, y cuando el aldeano movió la luz de la linterna hacia arriba, el elefante se sobresaltó y cargó contra Noi, pisoteándolo. Otro caso de furia de elefantes se registró la semana pasada, en el delta del Okavango (Botswana): los turistas fueron derribados de canoas en aguas infestadas de cocodrilos.
Los vecinos presenciaron el ataque a Noi y llamaron a las autoridades de vida silvestre para que se ocuparan del agresivo animal. Alrededor de la 1 de la madrugada, agentes ambientales llegaron al sitio y encontraron el cuerpo del residente. Las huellas del elefante mostraban que había pasado por varias casas poco antes del ataque. Aparentemente, los plátanos en el patio trasero de Noi llamaron la atención del paquidermo.
«Escuché a los perros ladrar, así que fui a verificar y vi a Noi frente a la casa. De repente, un elefante salvaje cargó contra él, matándolo en el acto. Llamé a los vecinos y trataron de llevar al elefante de regreso al Parque Nacional Thap Lan», dijo un vecino.
La familia, junto con el hijo de Noi, Pichet Songkroh, de 53 años, recibieron el cuerpo y están preparando el funeral en los próximos días. Después del ataque, pidieron a las autoridades locales que abordaran el problema de los elefantes que ingresan a la aldea, exigiendo acciones para que algo así no vuelva a suceder.
«Quiero que los organismos competentes tomen medidas, encuentren formas de resolver el problema de los elefantes y garanticen la seguridad de los residentes. No pueden esperar a que alguien más muera para actuar», dijo Pichet.
Este no es el primer caso de elefante salvaje que involucra la muerte en Tailandia. El mes pasado, un agricultor de 66 años, Abdullah Kareeya, fue pisoteado hasta la muerte mientras trabajaba recolectando látex de los árboles de caucho.
