Un gato llamado Gary se vio envuelto en una disputa que costó a dos antiguos compañeros de piso 25.000 dólares. Todo empezó después de que una de las amigas decidiera mudarse, dejando al animal con su amiga mientras su futuro hogar era renovado.
Jessica Yang es enfermera anestesista y, en ese momento, viajaba por trabajo varias veces al mes. Nicole Denardo es una profesional financiera y a menudo trabajaba desde casa. Ambos se mudaron juntos en 2022 tras conocerse en un grupo de Facebook para personas que buscan compañeros de piso en Filadelfia, según The Philadelphia Inquirer.
Rápidamente se hicieron grandes amigos, viajando juntos de vacaciones e incluso haciéndose tatuajes a juego. Al cabo de un tiempo, Jessica, de 33 años, acabó comprando una casa que necesitaba grandes reformas y decidió mudarse en medio de un periodo difícil de su vida. Dijo al Philadelphia Inquirer que Nicole, de 31 años, se ofreció a cuidar de Gary mientras ella pasaba por esta transición.
«Pensé: ‘Qué conveniente para Gary'», recordó Jessica, que compró el gato en 2018. «Y pensé que también le vendría bien», añadió.
Fue durante este periodo de cambio cuando Nicole empezó a comportarse como si fuera la dueña del gato, cambiando su nombre en el veterinario y añadiéndolo al microchip. Cuando llegó el momento de que él se fuera del apartamento e irse a su nueva casa, los dos no se ponían de acuerdo sobre quién debía quedarse con la custodia oficial del felino.
Jessica demandó a Nicole en diciembre de 2024 con la esperanza de que devolviera el gato. Sin embargo, Nicole no creía que el desacuerdo entre ellas fuera por el gato. «Creo que lo interpretó más como un ataque personal. Para mí, siempre fue solo cuestión del bienestar de Gary», dijo Nicole al periódico de Filadelfia.
Tras un año de proceso, que incluyó una audiencia y un juicio, el sistema legal de Pensilvania falló a favor de Jessica, ya que ella había comprado inicialmente al animal.
